jueves, marzo 27, 2008

La lujuria (mami, ¡qué rico!)


Este pecado capital (uno de los mejores, sin duda) versa sobre el deseo carnal incontenible. Pondría mi mano en el fuego al decir que todos hemos pecado alguna vez (si no somos reincidentes) en esto. Y es que... da gustito.

Es curioso que casi todas las religiones condenan esta actitud del ser humano: instinto, placer, carpe diem... al fin y al cabo es la búsqueda de unos segundos de placer. El placer por el placer, sin ningún fin religioso, sin ninguna motivación ulterior.

Yo, qué les voy a contar, soy una oveja pecadora sin ningún ánimo de volver al redil. Me encanta vivir y disfrutar el pecado, pero tengo mis límites. Mi naturaleza no me pide el ir más allá.

Me parece fenomenal que haya quien disfrute el sadismo, sexo grupal y otras filias (excepto la zoo, necro y pedofilia, que no les acabo de pillar el aire) en aras de su disfrue personal. Como dice aquel refran: Ande yo caliente, ríase la gente.

Qué más nos dará que nuestro vecino sea homosexual, fetichista, coprófago, sadomaso, activo, pasivo, orgiástico, teratófilo... filias y fobias que provocan placeres sin dolor ajeno.
Y es que al fin y al cabo la vida es sólo una y cada cual tiene que organizársela como se le antoje...

¡Disfruten de su sexo!


Por cierto que este blog sobre sexo está estupendo...

Para ver: El imperio de los sentidos, de Nagisa Oshima.
Para leer: La filosofía en el tocador, del Marqués de Sade.

Ilustración de Nir Mazliah.

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martes, marzo 25, 2008

Vinetes de Cucharete


Que sí, que sí, que nuestros bloggers gastronómicos favoritos van a hacer un viernes de vinos, para que probemos el estupendo Ribera del Duero de la marca Mundo Gay.

Bueno, lo de estupendo nos lo dejan decidir, la verdad, así que lo diré pasado el evento.

Habrá regalos, en su mayor parte relacionados con el alcohol, y yo ya le he puesto las pilas a JFK para que empiece a hacer un poster promocional por el que regalan un "cofre del tesoro".

¿Qué pirata no quiere conseguir un buen cofre?

El 11 de abril a las 19h de la tarde yo estaré en el restaurante Jhambalá con la copa en la mano esperando a probar ese vinito castellano y, de paso, conocer a los guru-bloggers de la esta página especializada en restaurantes de Madrid.

¿Qué hacéis vosotros ese día? ¿Nos vemos allí?

Ilustración de Mattia Cerato.

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lunes, marzo 24, 2008

Se retoma la rutina...


Pasadas las vacaciones todo el mundo tiene que volver a la clásica rutina. Algunos con más ganas y otros con menos. La verdad es que yo hoy llegué con ánimos medio cansada.
Ayer me tocó un atasco impresionante, seguido por una larga cola para esperar taxi en la estación de autobús. Mi llegada a Madrid estaba prevista para las 22.30 (a eso de las 23.00h estaría en casa), pero acabé por aterrizar en casita a las 02.30 de la mañana.
Baldomero estaba allí, esperando para poder ignorarnos agusto, deleitándose con nuestra sorpresa al ver que había tirado varias cosas al suelo como castigo por su soledad obligatoria.
Al rato me mordió en la pierna y ya dio por finalizado su enfado. Empezó a subirse a la cama e impedirnos dormir antes de las 03.30. El pobre tenía necesidad de mimos, y eso fue lo que tuvo, doble ración.
Por lo demás, estoy hoy aquí sentada, con más pena que gloria, muerta de sueño y pensando en la cantidad de trabajo que todavía me espera en casa cuando llegue (maletas que deshacer, cena descompuesta, arena de baldomero, cambio de sábanas, blogging activo...).
La rutina empieza fuerte.

Fotografía de Lucilla B.

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viernes, marzo 14, 2008

Cierre por vacaciones...


¡Que sí! Por fin llegaron las primeras (y merecidísimas) vacaciones de 2008, y por supuesto que me las voy a tomar.

Por rollos de papeles, JFK todavía no está habilitado para viajar en avión y, aprovechando que el jueves y el viernes que viene trabajo en Galicia, hemos decidido hacer un mini-viaje a la capital del peregrinaje española en tren.

¡El domingo nos vamos a Santiago de Compostela! Pasaremos allí tres días. Luego tiraremos hacia Silleda, donde yo trabajaré el jueves y el viernes. Entonces mi madre nos irá a buscar para llevarnos al hogar, dulce hogar hasta el domingo.

Tengo muchas ganas de ese viaje. Pasar 3 días por Santiago perdida con JFK no tiene precio, pasar dos días trabajando en Silleda tampoco y rematar la faena con la madre y los abuelos aún menos... Un magnífico plan, sin duda (a pesar de los transportes).

PD: Baldomero se quedará solo, vigilando la casa y limpiando el polvo. Pobrecillo.

Ilustración de Crosti.

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jueves, marzo 13, 2008

La Ira (un mal día lo tiene cualquiera)


La ira es un sentimiento (¿un estado?) que, en mayor o menor medida, domina nuestros actos durante un tiempo indeterminado. Según yo lo veo la ira surge de la impotencia, de las pasiones, de la venganza, del tragarse las emociones de forma continuada hasta que uno explota...

Se trata de un conflicto interno que de repente sale, como un embalse de agua con las compuertas abiertas, y arrolla a todo y todos sin piedad. Lo peor es que uno, estando dentro y viendo que las cosas están así, es muchas veces incapaz de parar la riada.

Hay gente con mayor y menor facilidad para sacar su ira a relucir. Está el que nunca se inmuta por nada (un ser extraño del que muchas veces pensamos si tendrá mundo interior o será realmente un individuo unicelular), el que rara vez se enfada (y cuando se enfada suele llevar razón, son cosas serias), el quisquilloso que le molestan muchas cosas (y grita, y despotrica, y así va liberando tensiones) y el eterno crispado, un elemento que yo personalmente no deseo próximo ni a mi peor enemigo, porque no hay cosa que le agrade y todo le molesta hasta la extenuación. Ese tipo de gente no es feliz, siempre con un come-come dentro para descubrir cual es el próximo objetivo de su ira.

Creo que la ira, que es instintiva, es una emoción que no podemos negar (si cierras esa puerta de salida al final la cacucha sale por otro lado), pero tenemos que aprender a gestionar, dosificarla, mostrarla pero sin autohumillarnos... ¡Qué fácil parece y qué difícil es en la práctica!

En fin, en resumidas cuentas: ira sí (para evitar el efecto compuerta de embalse), pero con moderación, que luego puede resultar peligroso para la salud (atención al test que te indica si por tus enfados tendrás problemas de salud)...

Para ver: Furia, de Fritz Lang
Para Leer: El Túnel de Ernesto Sábato.
Para los niños: Ira, ¿Qué sientes? de Violeta Monreal.

Ilustración de Anna_Log.


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martes, marzo 11, 2008

La gula (rebaña, que algo queda)



Si hay algún pecado capital que me guste es, sin duda, éste. Todo el mundo tiene algo de goloso y si no lo tiene es que todavía no ha probado la comida que le encienda el chip del placer de degustar.

Podemos diferenciar dos visiones de la gula:
  • Comer por tragar, llenar el buche sin masticar, simplemente tratando de engullir en el menor tiempo posible la mayor cantidad de comida posible (preferiblemente guarrerías del tipo Donuts, donettes o patatas onduladas).
  • Comer por los sabores, buscando la innovación en cada plato, desplazándose hasta el lugar en que mejor cocinan tal o cual alimento, disfrutando cada cucharada como si fuera la última, analizando todos los sabores y dejándose llevar por el noble arte de la cocina.
A pesar de que el /a parece el malo y el b/ el bueno, creo que todos tenemos un poquito de los dos ¿o no?. Además, en el caso de muchas chicas debemos añadir el eterno freno: ¡LA DIETA!

Y créanme que es muy difícil ser golosa y estar a dieta. O te la saltas cada vez que tienes la posibilidad de comer un manjar calórico o simplemente te vuelves fan del apio hasta el final. Ya saben ustedes que en este caso la receta es la mesura (ni tanto ni tan calvo).

Por otra parte, la gula también hace referencia a la persona que se sienta a la mesa y deja de mediar palabra con el resto de los comensales en cuanto ponen el plato de comida, al que le dedica toda su atención. Eso no es tanto gula como descortesía para con los demás, pero en cuanto le pillas el aire a ese tipo de personas (haberlas haylas, lo he comprobado con mis ojuelos) deja de afectarte su manera de comportarse. No se puede tomar eso de una manera personal.

No busco tests sobre la gula, soy tan chula que presupongo que sois golosos, así que os dejo esta interesante página web con opiniones de usuarios sobre restaurantes y demás alrededor del mundo. Para que no viajeis a ciegas.

Para ver: Deliciosa Martha
Para leer: El Goloso, de Francisco de Sert Welsch

Ilustración de Sarit Evrani.

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lunes, marzo 10, 2008

La envidia (sana, sana, culito de rana)


La envidia, ya saben ustedes, es el loco deseo de poseer lo que el otro tiene, que se supone que será mejor o más prestigioso socialmente que lo que uno tiene.

Ya dijo Napoleón en su día que la envidia supone una declaración de inferioridad con respecto al poseedor del "objeto de deseo", y como tal (en teoría) desacredita a quien la siente, nadie quiere sentirse inferior en un mundo de ganadores. El ego nos puede.

¿Pero quién no ha sentido nunca ni la más mínima pizca de envidia? Desde luego en este mundo en que lo material y el triunfo son valores en alza, la envidia es un sentimiento de lo más cotidiano, aunque sea envidia "sana".

Y es que ya no es tan mala como antaño. Ahora se acepta que alguien "envidie positivamente" tu trabajo. Yo envidio a todos mis amigos que viajan, envidio a quienes tienen tiempo para leer y disfrutar... y me encanta envidiarlos, porque la envidia se transforma en alegría por ellos y en afán de trabajo para lograr, de nuevo, una superación personal.

Es cierto, amigos, la envidia puede ayudar al triunfo, impulsándonos a crecer, a evolucionar, a superar nuestras propias metas, a crear metas nuevas a través de la observación... ¡Viva la envidia sana!

Aunque si centramos la vista hacia la cara oculta de la luna, podremos ver a millones de hombres lobo a los que la envidia no hace más que pudrir por dentro, impidiendo que avancen por el sendero correcto de superación personal... La envidia los corroe tanto que les imposibilita el ser felices. Es un infierno en la tierra, pero con la desdicha de que no saben que es un infierno.

Ese tipo de personas sienten envidia por las cosas más ínfimas, una envidia irracional que empaña el resto de sentimientos que tienen por dentro, hasta convertir su vida en una bruma constante. Conozco a alguna persona que es así, y es muy triste ver cómo se quedan en esa superficialidad estúpida. Son gente a la que nunca nadie envidiará por nada.

Otra vertiente diferente de este pecado capital es la de los celos, el afán de posesión de la persona querida; surgen cuando no se cumple el deseo de que la vida de esa persona gire exclusivamente en torno a nosotros. Es precisamente la envidia de la exclusividad de los sentimientos. El celoso necesita sentirse el más querido, el mejor para no caer en ese abismo psicológico.

Hay multitud de tests para saber vuestro nivel de envidia. Me quedo con este, que asegura que yo soy envidiosa hasta la médula. Aunque este asegura que mi nivel de envidia (un 25%) es sano. ¿Y vosotros?

Para ver: Blancanieves (sí, la versión de Disney).
Para leer: Abel Sánchez, de Miguel de Unamuno.

Fotografía de Mustang Siempre.

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martes, marzo 04, 2008

Zapatero vs. Rajoy (Asalto 2)


Tras el primer asalto, celebrado el pasado lunes, entre presidente gobierno y líder de la oposición, la mayor parte de España (un millón menos que la otra vez) esperaba que enmendaran sus errores a la hora de hablar, contestar, rebatir y refutar (se perdonaron precisamente por ser el primer debate en 15 años, estaban muy frescos).

Habiendo pasado ya el segundo debate político sólo una cosa me queda clara: Rajoy no escuchó los consejos de la mayor parte de la gente que le pedía encarecidamente que hiciese propuestas, no sólo críticas al actual gobierno. Se dedicó de nuevo al "y tú mas" que ya nos regaló en su anterior debate. Zapatero, por su parte, sí que ofreció nuevas propuestas para la próxima legislatura (con un poco de maquillaje para embellecerlas), pero tampoco dio la talla como político.

Ambos líderes de partido demostraron ser los restos de su anterior generación política. Rajoy, que vive a la sombra de Aznar dejó caer algún "mire usté" de los característicos de su predecesor (con el que se reunió este fin de semana para preparar el debate) y, no sé si ustedes lo notaron, el leonés Zapatero impostó por momentos el acento andaluz de Felipe González.

El presidente del gobierno logró con esfuerzo (si yo fuera él me preocuparía ante esa dificultad en lo simple) desmontar a Rajoy en al menos dos ocasiones con datos claros que luego contrastaron los medios de comunicación, y se vio beneficiado por la inapropiada alusión de Rajoy a la guerra de Irak (de la que todavía no se ha repuesto el PP) y las tropas españolas.

Por otra parte, el tema de la inmigración me resultó especialmente curioso, sobre todo viendo hoy que casi nadie lo menciona. Rajoy vino a decir que los españoles tienen más derechos que los inmigrantes, y que hay que limitar los de los extranjeros para mejorar los de los nacionales. Eso quiso decir, que los inmigrantes nos quitan las VPO y tal y cual... una proposición simplista y populista (en busca del voto más castizo) que ni siquiera Zapatero rebatió por temor a quedarse sin sus votos de centro. Total, los inmigrantes no votan (salvo curiosas excepciones)...

Verán ustedes, me resulta curioso que siempre se asocie a la inmigración con unos cutres que vienen a robarnos el pan y nuestros beneficios, unos incultos y agresivos seres que deberíamos expulsar de ¡oh! este país tan maravilloso (que, déjenme decirlo, fue un gran país emigrante). Cutres, ladrones, incultos y agresivos españoles se los pueden encontrar ustedes a la vuelta de la esquina, y nadie piensa en expulsarlos del barrio, ¿verdad?

Por cierto que esos mismos que dicen que nos quitan las VPO y plazas en los hospitales, pagan la seguridad social como cualquier hijo de vecino (que no sólo contribuye al derecho a medicina, sino a infraestructuras viales, aeroportuarias y también el sueldo de los policías, por poner un ejemplo) y, en su mayor parte son gente sin muchos recursos que se desloma a trabajar día a día para poder llegar a fin de mes y enviar algo de dinero a sus familiares...

Luego está la inmigración con dinero. Esa que no molesta a nadie. Esa que proporciona un doble rasero de medida.

Ilustración de Tomb Land.

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lunes, marzo 03, 2008

La avaricia (¿rompe el saco?)


¿Soy o no soy avara? ¿Me puede la codicia? Normalmente se piensa que la gente avara es la que logra (a costa de pisotear a los demás) llegar alto, hacia donde quiere. La justicia divina que tanto castiga este pecado capital no funciona aquí en tierra de desterrados.
Bajo ese extremista enunciado, es muy difícil (si uno no es un Donald Trump) considerarse avaro. Pero la avaricia está mucho más cerca y a menor escala. Yo diría que nos ronda a todos, sigilosamente, como una serpiente con su lengua bífida.
¿Deseáis tener todos los discos de este artista que os gusta? ¿Queréis compraros ese coche que ha salido en los anuncios? ¿Planeáis unas super vacaciones donde la palabra clave sea lujo? Entonces quizá seais un poco avaros...
Parece que la sociedad actual, definida constantemente como consumista, es avara en objetos y no tanto en economía. Préstamos por doquier para conseguir mejores casas, coches, vacaciones o hasta un lote de DVD's en ebay, en aras de hacer la vida totalmente cómoda (esos sofás de lujo que permiten engordar de manera absurda mientras se ve la sobrevalorada cadena televisiva de turno). También merece la pena reseñar esa enfermedad del S.XXI llamada síndrome de Diógenes: guardar todo lo que se pueda dentro de casa, aunque sea preciso dormir en el descansillo.
En definitiva, todos somos un poco avaros a nuestra manera, ¿o no? Creo que en este pecado capital, el problema está en llevar la avaricia al extremo, a invadir al prójimo para lograr un beneficio personal...

He aquí un ejercicio de higiene mental para saber nuestro grado de avaricia: Hay 10.000 cajas en una habitación, una te mata y cada una de las 9.999 restantes te da 1.000 euros. ¿Cuantas cajas abrirías? Yo, la verdad, me lo tendría que pensar mucho para abrir alguna caja...

Para ver: La avaricia, de Erich Von Stroheim.
Para leer: Hegemonía o supervivencia. La estrategia imperialista de EEUU, de Noam Chomsky.

Ilustración de Craze One.

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Serie de pecados capitales...


Está a punto de comenzar en Celestina no cocina una serie de posts sobre los pecados capitales...
Siéntense y disfruten.

Ilustración de Gizo.

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