Tras
el primer asalto, celebrado el pasado lunes, entre presidente gobierno y líder de la oposición, la mayor parte de España (
un millón menos que la otra vez) esperaba que enmendaran sus errores a la hora de hablar, contestar, rebatir y refutar (se perdonaron precisamente por ser el primer debate en 15 años, estaban muy frescos).
Habiendo pasado ya el segundo debate político sólo una cosa me queda clara: Rajoy no escuchó los consejos de la mayor parte de la gente que le pedía encarecidamente que hiciese propuestas, no sólo críticas al actual gobierno. Se dedicó de nuevo al "y tú mas" que ya nos regaló en su anterior debate. Zapatero, por su parte, sí que ofreció nuevas propuestas para la próxima legislatura (con un poco de maquillaje para embellecerlas), pero tampoco dio la talla como político.
Ambos líderes de partido demostraron ser los restos de su anterior generación política. Rajoy, que vive a la sombra de Aznar dejó caer algún "mire usté" de los característicos de su predecesor (con el que se reunió este fin de semana para preparar el debate) y, no sé si ustedes lo notaron, el leonés Zapatero impostó por momentos el acento andaluz de Felipe González.
El presidente del gobierno logró con esfuerzo (si yo fuera él me preocuparía ante esa dificultad en lo simple) desmontar a Rajoy en al menos dos ocasiones con datos claros que luego contrastaron los medios de comunicación, y se vio beneficiado por la inapropiada alusión de Rajoy a la guerra de Irak (de la que todavía no se ha repuesto el PP) y las tropas españolas.
Por otra parte, el tema de la inmigración me resultó especialmente curioso, sobre todo viendo hoy que casi nadie lo menciona. Rajoy vino a decir que los españoles tienen más derechos que los inmigrantes, y que hay que limitar los de los extranjeros para mejorar los de los nacionales. Eso quiso decir, que los inmigrantes nos quitan las VPO y tal y cual... una proposición simplista y populista (en busca del voto más castizo) que ni siquiera Zapatero rebatió por temor a quedarse sin sus votos de centro. Total, los inmigrantes no votan (
salvo curiosas excepciones)...
Verán ustedes, me resulta curioso que siempre se asocie a la inmigración con unos cutres que vienen a robarnos el pan y nuestros beneficios, unos incultos y agresivos seres que deberíamos expulsar de
¡oh! este país tan maravilloso (que, déjenme decirlo, fue un gran país emigrante). Cutres, ladrones, incultos y agresivos españoles se los pueden encontrar ustedes a la vuelta de la esquina, y nadie piensa en expulsarlos del barrio,
¿verdad?
Por cierto que esos mismos que dicen que nos quitan las VPO y plazas en los hospitales, pagan la seguridad social como cualquier hijo de vecino (que no sólo contribuye al derecho a medicina, sino a infraestructuras viales, aeroportuarias y también el sueldo de los policías, por poner un ejemplo) y, en su mayor parte son gente sin muchos recursos que se desloma a trabajar día a día para poder llegar a fin de mes y enviar algo de dinero a sus familiares...
Luego está la inmigración con dinero. Esa que no molesta a nadie. Esa que proporciona un doble rasero de medida.