Finalmente fuimos a Ikea y Makro este fin de semana (con el consiguiente cansancio mortal de JFK, que aguantó estoicamente mis impulsos consumistas). Trajimos de todo (menos algunas cosas que necesitábamos).
En Ikea compramos unas estanterías para el
recientemente denominado despacho de casa, con el objetivo de tener aún más espacio para almacenaje. También compramos mi silla de estudio (que no tenía) y un zapatero (¡bendición! pero hay que comprar otro, no caben mis zapatos). También compramos dos juegos de sábanas, un mantel con sus servilletas, velitas y veleros, cortador de pizzas, peluches (para regalar por navidad) y otras pequeñas cosas en las que uno siempre pica. De hecho hasta pasamos por Leroy Merlín para comprar un perchero.
Después en Makro, el paraíso al por mayor, compramos variadito: desde 12 botellas de vino (sí, ese fue el gancho que utilicé para llevar a JFK a esa gran superficie) hasta 24 rollos de papel higiénico, haciendo paradas en suavizantes, atunes, maíz dulce, cajas de bombones (regalos de navidad para la portera y otros compromisos menores), una olla de barro para cocinar...
Así que con tantas cosas
en el horno el domingo teníamos la casa patas arriba e hicimos lo que haría cualquier pareja: El hombre a montar muebles y la mujer a pasar el polvo y recoger el desorden de 2 semanas (el finde pasado no estuvimos y nadie limpió por nosotros). ¡Qué típico, pero qué buena distribución!
JFK ha demostrado ser todo un manitas del taladro: montó todas las estanterías del
despachito, el perchero de la entrada, el zapatero, colgó un cuadro y preparó mi silla.
La que lo ve lo compra, os lo prometo. Voy a intentar no sacarlo mucho de casa,
que lagartas haberlas haylas.
Yo, por mi parte, demostré ser toda una enferma en potencia. Tuve que dormir hasta las 3 de la tarde para curarme de un repentino dolor de cabeza y luego cocinar deprisa y corriendo, limpiar habitación, baño y cocina, poner una lavadora... En fin, un desastre de ama de casa que a duras penas se ganaría la vida en eso.
¡Qué rollo os he metido hoy! Pero ahora viene lo bueno:
Ya tengo
cuenta pro en Flickr, así que empezaré a subir fotos de la tele, el árbol de navidad, las estanterías nuevas, el cuadro que me colgó JFK... ¡Todo! Porque ya no tengo límites de almacenamiento.
Ole!