Cinefilia momentánea

Yo soy cinéfila de corazón, lo prometo, lo que pasa es que normalmente dedico mi tiempo a otras cosas y estoy tan cansada cuando me siento delante de la televisión (porque la panoja no da siempre para ir al cine) para ver una película que acabo por quedarme dormida antes de la mitad.

Por eso estoy sorprendida ante la cantidad de películas que he visto en estos últimos tres días sin dormirme ni nada, de un tirón: cuatro filmes enteritos (y paso a criticar y despellejar).

Empecé la noche de Halloween con El Orfanato, que me dio mucho miedo. No voy a destripar nada de la peli, pero he de reconocer que Belén Rueda hace un papelón. Ya nadie le quita a esa chica (podría decir señora, pero lo dejaremos ahí) su merito frente a las cámaras.

Al día siguiente fui a ver Stardust, película de la que salí como flotando, porque está llena de fantasía y energía positiva. Lara y yo concluimos que era una mezcla de La Princesa Prometida, La historia interminable y Labyrinth.

Hoy en casa he estado viendo Frida, que narra la vida de la pintora, pero así muy por encima y muy "pobrecica la Frida". Me encantaron, eso sí, los decorados coloridos y el vestuario.

Hace nada he estado viendo el peliculón: El crepúsculo de los Dioses. Todavía no entiendo cómo no la había visto antes, me ha parecido simplemente soberbia, con una actuación estelar de William Holden, muy contenida pero llena de fuerza al mismo tiempo.

Como ven soy cinéfila compulsiva... pero sólo cuando me puedo poner a ello.

Foto de Sarah Sitkin