De zapatos y fines de semana.

Estoy supercansada.

Trabajar el fin de semana entero (sábado y domingo) me mata, porque nos cargan las programaciones y acabamos saliendo de aquí con la cabeza como un bombo. Esto se nota luego en la calle, donde no podemos tener ni ápice de vida social que no se vea afectada por nuestra exhausta jornada.

Sin embargo todo se puede ver recompensado por el maravilloso regalo que me han hecho. Las únicas Converse que he querido en toda mi vida (hasta el momento no me importa vivir con clones en los pies, mientras sean igual de cómodos), las de lunares, de faralaes, de Lola Flores reinventada...

Ays qué feliz soy.

Y luego los hombres no os podéis explicar nuestro fanatismo zapateril (JFK dixit). Quizá yo no soy un buen referente para él, soy una obsesa del calzado, soy como aquella furgoneta de la Citroen: me lo pruebo todo...

Pero me hace feliz, por eso soy fanática.

Y de verdad que sí, a ver si voy a por los Pedro García, que cada vez que paso por la tienda está cerrada y no puedo ni calzármelos, y en El Corte Inglés están prohibitivos.

Fetichista que es una.