"El ruido fue tan fuerte que me despertó..."

Siempre me ha gustado mucho escribir. De pequeña tenía millones de diarios en los que iba contando, como toda adolescente, mis hitos sensuales y mis amistades y enemistades del colegio. Pero hoy no voy a hablar de eso, si no de la ficción.
Por aquella época (sin trabajo, sin obligaciones, con todas las labores domésticas hechas por mamá) era fácil sacar horas y horas para sentarse a escribir relatos o lo que fuera surgiendo. Guardo muchos de ellos, en su mayor parte protagonizados por personas con vidas difíciles y en momentos cruciales. Nada divertido ni excesivamente optimista.
Era fanática de los Ejercicios de Estilo de Raymond Queneau y puede que de ahí saliera mi obsesión posterior por comenzar todos los relatos con una misma frase.
Lástima que no guarde ni la mitad de esos relatos, porque seguramente serían una jugosa golosina en manos de cualquier psicólogo/psiquiatra ya que, a pesar de que el comienzo era siempre el mismo, la historia transcurría por diversos caminos según mi estado de ánimo o mis intereses en el momento.

"El ruido fue tan fuerte que me despertó...".

Ilustración de Golly Molly.