Exodo gallego.
Ayer conocí a una chica que es familia lejana mía (ya sabéis cómo son estas cosas en los pueblos, que todos somos familia de todos).
Resulta que su madre llamó a la mía porque esta chica se acababa de venir a Madrid (por primera vez en su vida) y había entrado directamente a trabajar.Está en casa de una amiga suya, trabajando y buscando piso, además de soportando los días más calientes del año (magnificados en la mente y cuerpo de un gallego) e intentando adaptarse a una ciudad en la que se encuentra... sola.
Rápidamente, después de que mi madre me llamó, llamé a la chica para ofrecerle toda mi ayuda sobre el terreno (lugares buenos para vivir, precios razonables, cosas que hacer) y también darle compañía, porque yo también sé lo que es estar en su situación.
Recordé cuando llegué a Madrid (vine a hacer COU, segundo de Bachillerato o PREU para los más carcas :P) y me instalé en casa de mi tía. En el instituto todo el mundo tenía sus grupos y la gente que no lo tenía estaba claro por qué era. Sólo salía con mi primo y sus amigos. Mi vida era un infierno porque también echaba mucho de menos todo lo anterior: Galicia, mis amigos, mis amores...
Poco a poco, cuando entré en la uni y conocí a mis actuales amigos (ahora algunos ya se han ido quedando por el camino), las cosas cambiaron y me empecé a sentir integrada en un grupo, con ganas de hacer cosas y, lo más importante, con gente afín para hacerlas.
Recordando eso, no pude menos que quedar ayer con esta familiar desconocida para darle un poco de charleta, tranquilidad y cariño fuera de la tierra y ofrecerle la ayuda necesaria para buscar piso.
Quizá no le dejé las cosas muy claras sobre la difícil tesitura en que se encuentra y las lágrimas que caerán hasta que aprenda, a través de golpes, que lo que no mata hace más fuerte. Y es de verdad.
En fin, tampoco hay que ponerse tan melodramático.
Quedamos, charlamos, bebimos, nos emborrachamos, cantamos, prometimos una nueva salida, me enseñará a cocer pulpo (mi asignatura pendiente) y bla bla bla bla... una noche divertidísima para 2 femmes et 1 garçon!
Ilustración de Lucy Vigrass.
Etiquetas: fiesta fiesta, galicia, mifindesemana, yo
10 Comments:
Eso está bien, tenemos que apoyarnos los unos a los otros (que peliculero me ha quedado, jeje) Tuvo que ser duro, pero...¿mereció la pena? ;)
cvalda: cada minuto merece la pena :)
morriña???? :-D
Deberías haberle recalcado eso de que te hacen más fuerte. Cuánta razón y qué triste que esto sea lo único que nos queda (aunque yo estoy encantada).
que bien me caes celestina! me encanta tu espontaneidad!
saludos a los madriles y sus habitantes queridos!
Si que debe ser duro aterrizar un torrido julio en Madrid. Por cierto, yo tambien llegué en julio, hace ya siete años, pero para un valenciano no hacia tanto calor ;-)
Las experiencias que tiene que vivir tienen que ser suyas, tu tampoco puedes adelantarle nada, ya las ira viviendo tal como le lleguen, pero tener tu apoyo para cuando lo necesite le va a venir muy bien.
Monica: yo no mucha, no, no soy muy ¨"morriñosa".
Raquel: Ella lo va a ver. :P
Tingola: ya te dije, me caso contigo!!!
Masmi: Buff, ahora me he acordado de la paella que hay por allí. Ay masmi, lo que quiero una paella hoy!!!
bss
:-) Qué linda eres. Esos inicios siempre son una p... m... El mío en Coruña fue horroroso: sola, sin tele, sin radio, sin ordenador ni internet, con frío y sin amigos. Sobreviví... ¡aunque no sé cómo!
Pobre chica!! Madrid puede ser muy cruel. Pero a la vez este tipo de situaciones son muy excitantes para un cerebro joven y blandito. Seguro que agredece tu ayuda. En 3 meses la tienes por el Nasti, superfashion vestida y negandote porque te has quedado atrás. Asi son las cosas.
bonita historia :D y que tal esta, sobrevive a la jungla madrileña?
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