V de velada y vino.

Sin salir, pero sin tregua.

El sábado por la noche estuvieron en casa la familia Fanmakimaki y Masmi para conocer el sitio donde vivo y, de paso, cenar, beber y charlar un buen rato.

La familia Fanmakimaki me regaló unas velas superchulas que ya decoran mi mesa wengué del salón y Masmi trajo unas botellas de vino que ya están hiper digeridas. Desde aquí, gracias chicos!!!!

En la cena fue todo como en familia, oye, me lo pasé fenomenal y el tiempo se fue volando. Muchas risas, alguna cosa seria y charlas sobre romances intempestivos.

JFK y yo aprovechamos para hacer patria alcohólica (yo con un Alvariño y licor café y JFK con un Barceló Imperial) y el resto se lo dejamos a los reservas y crianzas de la Rioja, que dieron mucho juego en la cena.

El pequeño Minimaki fue absorvido por un hongo de plastilina que se llama Capelito. Vio la peli 2 veces, a la segunda cayó rendido en el sofá. Antes fue a saludar a Baldomero, que no fue todo lo simpático que un gato puede ser, pero tampoco todo lo insoportable que Baldomero puede ser.

Mientras tanto, en la mesa, las conversaciones giraban en torno al mundo blogger, al romance cibernético, los peligros de Rusia, cómo criar un hijo y no morir en el intento... todo muy variado y muy ágil, como una comedia musical coral.

La noche se pasó volando, y acabé con una pequeña intoxicación etílica que sólo solucionó un sueño reparador. Sé a ciencia cierta que JFK también llevaba su buen pedal... creo que los demás también se fueron contentos.

Me encantan estas veladas en casa con buen vino y buena conversación. Tienen algo especial, como Sevilla.