manual de la mujer perfecta. prefacio.

Tal y como se plantea la vida adulta, es necesario ir un paso adelantados a los demás, tener previsión para cualquier cosa que venga en el siguiente paso.

Si esto fuera tan fácil, muchos de los problemas del mundo se evitarían (y quizá las misses dejarían de desear la paz mundial y se pedirían unas tetas nuevas abiertamente), puesto que al recapacitar antes de actuar se pueden corregir errores del futuro.

Esto lo sabe muy bien Hiro Nakamura, que creó un mapa completo espacio tiempo (que digo yo, por qué no fue a la infancia de Sylar y arrancó el problema de raíz) para solventar el conflicto planteado.

Nosotros no somos Nakamura y tenemos que conformarnos con la previsión y/o en caso de que eso falle, trabajar con el poder de nuestra mente (nada que ver con Uri Geller).

Os estoy abriendo hoy las puertas al desconocido mundo de la persuasión.

Bueno, desconocido sólo en parte. La persuasión es una de las técnicas más maravillosas del mundo femenino, y mejor aceptadas por el bando masculino.

Consiste en hacer creer al otro que quiere lo que quieres tú. Convencerle de que es lo bueno, sin que se de cuenta. Si se da cuenta de que lo estas intentando manipular sufre la reacción contraria y encima luego ya no se fía de tí. En la confianza está el juego.

Esto es sólo un prefacio del manual de la mujer perfecta. Hay que ver como se me ha ido la pinza hoy, les ruego me disculpen. No habrá continuación de este texto absurdo.

Ejercicio para hoy: manipular al menos a una persona para que haga algo provocado por una situación que no habíais previsto.