Galicia (de vuelta a la infancia).

En un par de semanas me espera un viaje al pasado. Vuelvo a casa (fui también por navidad), para la comunión de mi ahijada la mayor.

También espero que la madre de mi ahijada la menor (que se dice mi mejor amiga) me confiese que está preñada. Porque ya me han llegado tantos rumores que me temo llegar allí y verla con un Bombo Inferno de la leche. Haré como que no sé nada y le diré que está más gorda que Beth Dito, que se ponga a adelgazar ya o refuerce las vigas maestras de su casa para evitar un derrumbe.

En el fondo he de confesar (consciente de la libertad que me da que ella no lea esto) que me molesta un poco que no me haya ni siquiera llamado para decirmelo... pero bueno, cada uno es cada uno y yo creo en la justicia divina (aunque no creo en Dios).

Pero ese no es el tema.

El asunto es que vuelvo a casa, como los turrones, como Macaulay Culkin en Home Alone... pero no voy sola.

JFK irá con la mente preparada para beber su buen alvariño, licor café, aguardiente casero, mencía y demás alcohol de la tierra. Espero no decepcionarle cuando le lleve a comer churrasco y merluza... disculpen, señores, que no le lleve a comer marisco. Es alérgico.

Disculpen también que me emocione al pensar que le abro las puertas a mi infancia.