Otro día más.

Aquí sigo, otro día más por tierras gallegas. Otro día más en el que nada ha pasado, en el que mi mayor emoción es ir a comprar un abrigo (yo lo quiero rojo, pero podría ser negro) y buscar el modo de cambiar este móvil que se apaga y se apaga siempre que me llaman (aspiro a un móvil rosa, de esos que seguro duran poco pero gustan a todas las chicas).

Ese es todo mi plan para hoy ¡qué emoción!. Me imagino que ahora entendéis que quiera leer a Agatha Christie para poner un poco de intriga a mi vida (de ayer a hoy ya he leído más de la mitad del libro).

Mientras no me ocurre nada, os cuento que esta noche soñé que tenía a mi gato atado en un Carrefour (o similar), y le tenía que ir a dar de comer todos los días, pero ahora que estaba de vacaciones, pensaba que quien lo cuida lo había atado donde la carne fresca (que está en neveras) y estaba pasando mucho frío.

Por la mañana soñé que me quedaba una asignatura para acabar la carrera: matemáticas (no he tenido esa asignatura en la carrera, afortunadamente). Estaba esperando el autobús con los demás alumnos y me decían que el examen iba a empezar, y yo ni siquiera tenía apuntes ni había ido a las clases. Primeramente pensé (en un alarde de optimismo) que las matemáticas eran lógica y no podría ser muy difícil descifrar X e Y en una ecuación, pero posteriormente lo repensé (en base a mi historial académico) y le pedí los apuntes a una compañera. En vez de dejármelos empezó a hacer tiempo mientras los sacaba para que yo no los pudiera ver ni echarles un ojo antes del examen... entre nervios me desperté por esa viborilla que quería que yo suspendiera.