martes, octubre 17, 2006

Amante madre y esposa.


Ayer fue un día redondo, un día Zen. Para mí esos días son aquellos en que cumplo todos los objetivos que me propongo. Ayer tenía que ir a trabajar (inevitable), ir a clase de portugués (interesante) y cocinar lentejas para nutrir de hierro mi cuerpo. Lo hice todo. Es más, compré como 13 tupperwares para envasar comida y congelarla y no tener que cocinar más adelante (ahora mismo estoy en fase cocinera, todo va bien, pero sé que no siempre es así).
Pues eso, que me puse cocinera a tu cocina y acabé con 4 tupperwares de lentejas, 2 para congelar y 2 para la semana en curso :).
Luego me hice la cena, jeje, que una no puede cenar lentejas así como así a menos que tenga el cuerpo de una de las gemelas Olsen (y, obviamente, no es el caso), así que me hice una tortilla francesa y un poco de gazpacho.
Como no podía ser menos, en un día Zen hay al menos 1/2 hora de lectura (bien cumplida, sí señor) y 8 horas de sueño (ok, todo hecho, me acosté a las 22.30 y me levanté a las 06.30)...
Sí, todavía hay salvación para mí. Algún día, si acabo por rutinizar alguno de estos comportamientos, podré ser amante madre y esposa. O no.

3 Comments:

Blogger vilipendia said...

Qué bonito concepto el de rutinizar algunos comportamientos. Yo debería hacerlo también, pero nada, que no me sale, oye. Solo rutinizo los vicios. Ains.

10:27 a. m.  
Blogger Masmi said...

Has pensado en hacer lentejas para vender? Si es asi, apuntame y me pones un par de tuppers ;-)

2:31 p. m.  
Blogger Unknown said...

Me gustan esos momentos, fines de semana, en plan "Con las manos en la masa". A mi me dan y me pongo a congelar de todo, sobre todo cocido madrileño. Hum! que rico.

2:24 p. m.  

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