miércoles, octubre 11, 2006

Aceptando la bipolaridad.

Sí, definitivamente creo que las hormonas insufladas por las píldoras antibaby trastornan la personalidad femenina.
Estoy convencida de ello. Tengo unos altos y bajos en mi humor que sólo dependen de un gesto, un movimiento o una mala palabra. En los 2 días pre y en los 2 primeros días de soy un manojo de nervios que está esperando a que lo desaten para poder dar rienda suelta a un furor cabalístico que ni en los peores vaticinios de los 4 jinetes del apocalipsis.
Lo reconozco, sufro de trastorno bipolar, o de trastorno pildorar... que debe ser lo mismo... la verdad.
Lo que más me jode es que en ese momento, en el momento de cúspide bipolar, no puedo controlarme, por más que quiera, y sólo después, cuando ya ha pasado el tsunami y todo se ha quedado arrasado, puedo expresarme, con la pena de saber que yo soy el epicentro de ese maremoto, que yo soy el puto GROUND ZERO de un terremoto 6.5 en la escala Ritcher que ha podido causar tropecientos muertos y millones de heridos.
Por suerte, en este país hay buenos médicos, y homeopatía, y terapias naturales, y tés y muchas infusiones para calmar a la fiera que llevo dentro y para curar las heridas de mis víctimas menstruales.

1 Comments:

Blogger Unknown said...

Pues cambia de pildora, que eso no es bueno. Algún día te contaré mi experiencia con una pildora que me convirtió en el superman de San blas.

3:48 p. m.  

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