GUGGENHEIM POWER (la cultura emergente)
Sí, señores. Me quedó claro. Bilbao creció gracias al Guggenheim. Si antes era la típica ciudad que se desarrolló tras el auge de la industria, ahora se ha convertido en un punto de ebullición de la cultura en España. Todo gracias al Guggenheim, que remodeló, con un toque chic, el "skyline" de la ciudad.
Bilbao es un punto coqueto de España, muy cercano a lo rural (está en un valle entre montañas, vive mucho del mar...) pero que aspira a convertirse en capital cultural del norte (exceptuando Barcelona, fuera de todo parangón).
Estuve sólo de viernes a domingo pero, al ser tan pequeñito, dio mucho tiempo a conocer la ciudad, y hasta fuimos a las fiestas de Getxo (We survived Getxo).
En sí, el Guggenheim me decepcionó, ya que tiene muy poca coleccion permanente, y muy cutrecilla, como buscando la excusa para colocar ese bonito edificio a la orilla del Nervión. La exposición que había era de las vanguardias rusas, la época del comunismo, panfletaria y ensalzadora del orgullo patrio del país del vodka. De todas formas, lo que más me gustó fue esa araña de Louise Bourgeois que hay en la parte de atrás del museo, esa mujer sigue siendo maravillosa. El ambiente que hay por los alerdedores del museo es de tipo gafapasta. A uno casi le da vergüenza no llevar su libro de Kant (o, en este caso, de Sabino Arana, en euskera, por favor) y una libretilla para anotar los apuntes más interesantes. Sí, sí, estos bilbaínos tienen dominado lo que es vender cultura (y a qué precio!).
Otra cosa que los vascos en general venden también muy bien es la buena comida. Y hasta aquí puedo leer, que una ya se está pasando con esta cosa de la buena comida y a este paso me voy a convertir en Espinete (dieta ya!!!).
En fin, que me lo pasé muy bien en general, y en particular tuve alguna salida de tono que no debería haber tenido pero, como dice el refrán, lo que no nos mata nos hace más fuertes. Y ahora soy más fuerte.
PD: Sé que últimamente no escribo mucho en el blog, pero créanme si les digo que no paso por mi casa desde el jueves pasado... sé que podría vivir en el nomadismo, jeje.
Bilbao es un punto coqueto de España, muy cercano a lo rural (está en un valle entre montañas, vive mucho del mar...) pero que aspira a convertirse en capital cultural del norte (exceptuando Barcelona, fuera de todo parangón).
Estuve sólo de viernes a domingo pero, al ser tan pequeñito, dio mucho tiempo a conocer la ciudad, y hasta fuimos a las fiestas de Getxo (We survived Getxo).
En sí, el Guggenheim me decepcionó, ya que tiene muy poca coleccion permanente, y muy cutrecilla, como buscando la excusa para colocar ese bonito edificio a la orilla del Nervión. La exposición que había era de las vanguardias rusas, la época del comunismo, panfletaria y ensalzadora del orgullo patrio del país del vodka. De todas formas, lo que más me gustó fue esa araña de Louise Bourgeois que hay en la parte de atrás del museo, esa mujer sigue siendo maravillosa. El ambiente que hay por los alerdedores del museo es de tipo gafapasta. A uno casi le da vergüenza no llevar su libro de Kant (o, en este caso, de Sabino Arana, en euskera, por favor) y una libretilla para anotar los apuntes más interesantes. Sí, sí, estos bilbaínos tienen dominado lo que es vender cultura (y a qué precio!).
Otra cosa que los vascos en general venden también muy bien es la buena comida. Y hasta aquí puedo leer, que una ya se está pasando con esta cosa de la buena comida y a este paso me voy a convertir en Espinete (dieta ya!!!).
En fin, que me lo pasé muy bien en general, y en particular tuve alguna salida de tono que no debería haber tenido pero, como dice el refrán, lo que no nos mata nos hace más fuertes. Y ahora soy más fuerte.
PD: Sé que últimamente no escribo mucho en el blog, pero créanme si les digo que no paso por mi casa desde el jueves pasado... sé que podría vivir en el nomadismo, jeje.
PD2: Prepárense, porque este fin de semana me voy a Barcelona, de nuevo al Razz, y cuando vuelva relataré mi crónica!!!!!
MIL BESOSSS!!!!
2 Comments:
Me ha gustado mucho la descripción de los alrededores del Guggenheim. Y que decir del perro de flores! A mi me gusto mucho.
Dentro todavía no he entrado. Las veces que he ido a Bilbao he ido con prisas y no he tenido tiempo. A la proxima.
Es que el museo Gugenheim es una excusa par amostrar el edificio, que es lo que relamente m,ola. Las vanguardias rusas son una castaña. No asi, la pintura rusa clásica, pero esa no pega en este museo.
Me he reido con lo de gafapasta con libro de Kant. Que duro es ser bohemio.
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