sábado, julio 01, 2006

La segunda reunificación

El fútbol mueve masas. El otro día antes del partido de España contra Francia, todos los españoles estaban preocupados por Brasil... con los que nos tocaría batirnos en cuartos. Al rato, los gabachos nos recordaban aquel mítico episodio de la fruta en la frontera mientras nosotros nos cagábamos en su fruta madre.
Y es que es así, en un mundial o vives el fútbol o tienes horchata en las venas. Yo he seguido el deporte rey sólo 2 veces en mi vida: la Eurocopa 2004 y este Mundial 2006. En el fondo me da absolutamente lo mismo que España se clasifique o no, aunque reconozco haberle tomado un cariño especial a nuestro borrachín Luis Aragonés.
Lo bueno de este mundial no es tanto el fútbol como juego si no como aunador de multitudes. Es un fenómeno increíble que, de repente, todos se sientan españoles y apoyen a una selección que flojea la mires como la mires. Me río yo de esos del PP que hablan de la balcanización de España... que hagan un mundial al año, ya verán como no. La gente es así.
El caso de identificación con la patria se está viviendo mucho más intensamente en Alemania, sede del mundial, en la que todas las calles, balcones y hasta coches tienen una bandera nacional que muestra su apoyo con el combinado futbolístico (imparable, todo hay que decirlo). En este caso estamos hablando de un país que sólo lo es como tal después de 1989, tras la caída del muro de Berlín. Un país que todavía se está construyendo a sí mismo como un todo dejando atras el lado federal y el democrático. Un país en el que todos son alemanes gracias al fútbol... parece un gran momento histórico esto de la segunda reunificación alemana... de veras...
PD: En ningún momento entiendan que estoy haciendo apología futbolística, faltaría más).