No hay mal que por bien no venga
Pasada la tormenta, se agradece y se valora la calma.
Calma o marejadilla, según se quiera entender, pero siempre menos brava que la anterior, que amenazaba con hundir el barco.
Mientras tanto, mi cerebro gira... y encontraré la salida de este gris laberinto sin pasión ni pecado ni locura ni incesto bla bla bla.
Cada golpe nos hace más fuertes.
1 Comments:
Animo y un beso.
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