Érase una vez un chico sin corazón que vivía con un gatito al que odiaba casi al mismo nivel que adoraba. Un día, el chico sin corazón pidió a la mamá del gatito que lo echara de casa, y aunque ella al principio se negó, poco a poco la idea fue haciendo mella en su cerebro... Unos meses más tarde, una riña muy fuerte entre el chico sin corazón y el gatito acabó muy mal, y mamá decidió que era hora de que el gatito se marchara de casa, a algún lugar donde estaría mejor. El chico sin corazón se dio cuenta de lo que había hecho e intentó detenerlo. Pero era demasiado tarde. El daño ya estaba hecho. El chico quedó arrepentido y aliviado al 50%. Ahora no sabe si respirar tranquilo o ahogarse en llanto...
3 Comments:
Érase una vez un chico sin corazón que vivía con un gatito al que odiaba casi al mismo nivel que adoraba.
Un día, el chico sin corazón pidió a la mamá del gatito que lo echara de casa, y aunque ella al principio se negó, poco a poco la idea fue haciendo mella en su cerebro...
Unos meses más tarde, una riña muy fuerte entre el chico sin corazón y el gatito acabó muy mal, y mamá decidió que era hora de que el gatito se marchara de casa, a algún lugar donde estaría mejor.
El chico sin corazón se dio cuenta de lo que había hecho e intentó detenerlo. Pero era demasiado tarde. El daño ya estaba hecho.
El chico quedó arrepentido y aliviado al 50%. Ahora no sabe si respirar tranquilo o ahogarse en llanto...
Adiós, Baldomero
Que independiente es el tío. La primavera se acaba y quiere quemar lso últimos cartuchos...
Pues...cuando vuelva dale una bofetada de mi parte!
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