domingo, abril 02, 2006

¡Que traigo comida, oiga!

Ya se acaban mis breves, pero fructíferas, vacaciones familiares. Me voy con un buen sabor que boca que, como preveía, tiene también un toque de tristeza.
Estos dos días han sido super tranquilos, pero aprovechados de la manera en que tenía que aprovecharlos. He hablado con dos de las personas con las que mejor se me pasa el tiempo cuando fluyen las palabras: con mi madre y con Espe.
No sólo hemos hablado de mis marroncillos, sino también de los suyos... y parece que los consejos, ideas y opiniones surgían por sí mismos. Claro, todo este buen feeling me hace pensar en si realmente estoy siguiendo la vida que quiero seguir, si aquél es mi sitio, si aquí todavía hay un hueco para mí...
Sé que son tonterías las cosas que pienso, y que si me pasase un mes aquí estaría que me subo por las paredes deseando llegar de nuevo a la civilización, a ver la Fnac para saber novedades editoriales o recibir la programación de la sala Clamores para ir a algún concierto. Pero también es necesaria la morriña para sobrevivir.
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En otro ámbito de cosas, me voy a Madrid de nuevo cargadísima de comida. Mi abuela me ha hecho una empanada y mi madre un bizcocho, una tortilla, carne asada y también me ha dado un queso (de los pocos que como), pavo en lonchas (¿¿??), huevos de la casa... Vamos, que en otras épocas me acusarían de estraperlo por tanta comida que llevo.
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Y así, la joven Caperucita cambia la historia y se va de casa de su abuela sin haberse encontrado al lobo feroz.

5 Comments:

Blogger Masmi said...

Te entiendo perfectamente, a mi me pasaba lo mismo, ya te lo conté. Pero bueno, cada uno tiene que ver donde esta su sitio.
Menudo cargamento que te traes!! Asi da gusto.
Besitos.

2:20 p. m.  
Blogger Unknown said...

ja ja.....! La caperucita inversa! Ayer hablabamos Masmi y yo de ti. Siempre que te vemos es de manera muy fugaz. Espero que este sábado podamos hablar más. me han contado proyectos de curro interesantes. Y tenemos que hablar de GTK.

5:01 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

A mi tb me gusta mucho volver a mi tierra y ver a mis hermanos pequeños a los que adoro a mi madre a la que idolatro y a la persona que mejor me entiende y con la que más cómoda me siento desde siempre, mi amiga del alma que vive alli tb, pero enseguida me doy cuenta que no es mi sitio, que no podría volver, que ya no sé a donde pertenezco...

kisses!

4:35 a. m.  
Blogger Unknown said...

Me refería uq eme han dicho que estas haciendo entrevista para una tienda que frecuento mucho en Callao. Ya nos contarás.

4:57 p. m.  
Blogger vilipendia said...

Qué alegría cuando puedes comer cosas preparadas por tu madre, ¿verdad? Yo antes siempre le ponía mala cara cuando me hacía lentejas, salsas o cualquier cosa un poco elaborada. Bueno, mala cara, no me las comía. Ahora en cambio me entra salivera sólo de ver un tupper con judías verdes y patatas... Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Aunque, por otro lado, así lo aprecias más.

6:40 p. m.  

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