50 años de casados

Hoy mis abuelos celebran sus bodas de oro. 50 años juntos. Esas cosas ya no ocurren. Ahora es todo mucho más efímero, nadie espera un amor eterno y tampoco tiene paciencia para aguantar con el cariño que queda tras el amor.

A mi abuela le han regalado un ramo de flores enorme, pero no ha sido mi abuelo (es poco detallista el hombre) y está encantada. Ni siquiera le ha importado mi bronca al decirle que era él el que debería habérselo regalado, simplemente me dijo "qué le vamos a hacer, de donde no hay no se puede sacar". Ella está acostumbrada y vive con ese cariño que queda, imaginándose su propia felicidad (¿mi abuela pensará a menudo en la felicidad, en lo que le gusta?).

La verdad es que nunca he sido capaz de penentrar en la mente de mis abuelos. Dos señores gallegos de la vieja escuela, de los de los domingos a misa y las mujeres sin fumar y fuera de los bares. Pero, a pesar de lo dicho anteriormente, me encanta que estén juntos, porque han sabido acoplar sus vidas a la perfección. Quizá ellos no sepan que el amor dura tres años.

Quizá lo de que el amor dura tres años es sólo una frase que vende para un título novelesco de un escritor francés. Quizá todo sea utópico y el amor dura lo que queremos que dure...