Retazos de un fin de año dominicano
Yo no soy una persona muy familiar, quiero decir, no me gustan mucho las reuniones familiares con padres, tíos, abuelos, primos y demás animales... con lo cual, cuando surgió la idea de celebrar el fin de año a lo dominicano... NO LO DUDÉ.
Este año he conocido a varios dominicanos super simpáticos, con los que salgo a menudo, y siempre acabamos por pasarlo bien, así que pensé... ¿por qué no?. El plan, además, era semi-bueno: ir a Sol a comernos las uvas y luego (la parte mala) buscar cualquier bar por ahí.
De cenar ni se habló, con lo cual yo cené en mi casa (no quiero hablar de la cena, sólo diré que no soy consumista como la mayoría de españoles en estas fechas, y que ni siquiera compré turrón) y luego me fui a la de ellos.
Iba tan divina con mi vestido negro, medias de liga y zapatos dorados que hubiese parecido "alguien" si no fuera por el plumas rosa de diario que me tuve que poner porque tenía mucho frío como para ir en abrigo de vestir (la comodidad a veces importa).
Pues eso, que llegué a tierras dominicanas allá por la Puerta del Angel y abrí la botella de ribeiro que llevaba (gracias Myru, guapa, riquísimo estaba), y entre Irina y yo, se murió la botella.
De repente me nombraron Reina del Brugal, que no sé muy bien lo que es... pero me hizo mucha gracia, porque yo nunca fui reina de nada más que de mi casa...
Finalmente, con esa contentura que te da este vinillo blanco de la tierra, nos fuimos en el último autobús a Ópera en busca de las 12 campanadas... glups... me dejé las uvas en casa! las uvas de la suerte! dieron las doce y yo sin uvas!!! Me tranquilizaron diciendo que a lo mejor sin uvas tenía más suerte... y por ahora... pues la cosa sigue igual... así que no sé. Vamos, que la parte buena del plan se quedó medio jodida porque no había uvas, pero sí que había ganas y eso hizo que no se jodiera del todo.
Luego volvimos a Ópera, y ya bebiendo con pasión, se hizo una exhaltación de la amistad impensable en cualquier otro momento. En aquellos instantes todo el mundo era el mejor amigo de todo el mundo en algún aspecto... un delirio maravilloso!
Hubo personas que se quedaron en el camino, hubo otras que siguieron pero ya perjudicadas y yo... yo no me enteré de mucho después, ya estaba volando en mi mundo de Oz.
Acabamos por algún bar de Huertas con mala música y peor alcohol, pero con la consciencia de que había que llegar al final esa noche. Yo llegué, pero no sé ni cómo. Luego me enteré de retazos: que si unas chicas habían intentado ligar conmigo, que si iba al baño a hablar por telefono... todo esto lo supe luego... pero en el momento...
En el momento disfruté mucho, y sin embargo al día siguiente decidí cambiar de vida completamente, y rechazar el alcohol en cualquiera de sus variedades.
Así estoy ahora, como una Reina del Brugal abstemia.
6 Comments:
Tambien acabe perjudicado. Pero no reniego del alcohol. Q quita las inhibiciones. Un beso, feliz año. Seguiré leyendote.
Es que hacer mezclas es lo que tiene. Ron ron ron la botella del roooon
Nena, yo del alcohol solo reniego en pequeñas cantidades... una cañita o un Brugal con limón no hace daño de vez en cuando.
Y lo de las uvas, ya verás como tus amigos tienen razón y fijo, fijo que te da suerte.
Un besote!
usps... quise decir que reniego en grandes cantidades... jejejej
Pues sea lo que sea le deseo a la Reina del Brugal lo mejor en este 2006, incluído el alcohol y las fiestas!
romo coño!
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