Son las cosas de la vida, son las cosas del querer...

Ayer vino mi amiga Rita en lo que en principio iba a ser una escala desde Lisboa en su Interrail. Iba a estar en Chamartín desde las 8 y media de la mañana hasta las 10 menos cuarto.Lo justo para tomarnos un café.

Finalmente no encontró tren para Barcelona y decidimos aprovechar para visitar un poco esta ciudad que, ni ella ni su novio Tomás, conocían bien.

He de decir en mi contra que no soy la guía turística que todo el mundo podría esperar, no conozco ni la mitad de las edificaciones de Madrid, no sé por qué el oso y el madroño es el símbolo oficial, no sé quién restauró la fachada de la casa de la Panadería en la plaza Mayor... vamos, que soy un desastre.

Lo único que hice fue darles un largo paseo por la ciudad: Plaza de España-Gran Vía-Callao-Preciados-Sol-Alcalá-Cibeles-Puerta de Alcalá-Retiro-Plaza de Neptuno-Carrera de San Jerónimo-Callejuelas BCN-CDZ-Plaza Mayor-Calle Mayor-Montera-Fuencarral-Plaza de Bilbao-Hortaleza-Bar de Iván-Ópera-Gran Vía de San Francisco-Cava Baja-La Latina-Calle Toledo.

Creo que para estar sólo un día en Madrid no estuvo mal. Yo lo que estoy ahora es deseando no moverme durante un día, y eso que ya he dormido durante 13 horas o así, pero sigo cansadísima.

De todas formas, me hizo mucha ilusión ver a Rita, y conocer a su novio, que era majísimo... ellos también se han dado cuenta de que soy diferente, me gusta más como soy ahora...