En busca del Perrdon Perdido
Quizá haya algún lector despistado que entre a este blog y no sepa lo que es un perrdón. Un perrdón es una persona cultural por naturaleza, que gusta de la buena literatura, el buen cine y el buen arte, y no se avergüenza de confesarlo.
En contraposición, un antiperrdon se pasa juegos de playstation, critica vilmente a los perrdones por querer leer un libro en conjunto y comentarlo y mil cosas más (de todas formás sé que el sr blogazo dejará un comment sobre el tema, ya que es cabecera del movimiento antiperrdón).
Yo en su día fui perrdón, aunque ahora ya no me consideran perrdón, si no tierra de nadie (como en Lo que el viento se llevó), pero estoy intentado entrar sutilmente en el grupo perrdón con frases como:
"Últimamente sólo leo ensayo, ya me apetece leer una novela, pero ¡es que enseñan tan poco!".
En realidad, si dijera esto me echarían al cubo de los cerdos (es un cubo de restos de comida que se guarda para alimentar a los chenchos), así que en lugar de un ataque verbal, que suena más prepotente, he decidido hacer de mi vida una performance perrdón.
He cogido la guía del ocio y me he puesto a buscar exposiciones... ya he ido a dos exposiciones esta semana (que es el mínimo: 2 por semana para alcanzar un ritmo mayor): Una sobre fotografías de Keith Haring y sus obras caducas en espacios abiertos (adoro a Keith Haring) y otra de Konrad Klapheck que yo pensaba que era de fotografía y me llamó la atención por el título "La máquina y yo".
La de Keith Haring fue buenísima, con fotos tomadas por él mismo, por otras personas sobre sus obras... bastante interesante y colorida (que es lo que tiene Haring).
La de Klapheck fue una sucesión de cuadros mecanicistas hechos con compás, escuadra y cartabón, muy alemán él. Sin embargo su última época me gustó más: ambientes extraños, desnudos divertidos e inquietantes...
Como muestra, un botón (veréis como, a pesar de ser una escena cotidiana de mujeres, hay una sucesión de líneas rectas que hacen el cuadro mucho más "tieso"):
En contraposición, un antiperrdon se pasa juegos de playstation, critica vilmente a los perrdones por querer leer un libro en conjunto y comentarlo y mil cosas más (de todas formás sé que el sr blogazo dejará un comment sobre el tema, ya que es cabecera del movimiento antiperrdón).
Yo en su día fui perrdón, aunque ahora ya no me consideran perrdón, si no tierra de nadie (como en Lo que el viento se llevó), pero estoy intentado entrar sutilmente en el grupo perrdón con frases como:
"Últimamente sólo leo ensayo, ya me apetece leer una novela, pero ¡es que enseñan tan poco!".
En realidad, si dijera esto me echarían al cubo de los cerdos (es un cubo de restos de comida que se guarda para alimentar a los chenchos), así que en lugar de un ataque verbal, que suena más prepotente, he decidido hacer de mi vida una performance perrdón.
He cogido la guía del ocio y me he puesto a buscar exposiciones... ya he ido a dos exposiciones esta semana (que es el mínimo: 2 por semana para alcanzar un ritmo mayor): Una sobre fotografías de Keith Haring y sus obras caducas en espacios abiertos (adoro a Keith Haring) y otra de Konrad Klapheck que yo pensaba que era de fotografía y me llamó la atención por el título "La máquina y yo".
La de Keith Haring fue buenísima, con fotos tomadas por él mismo, por otras personas sobre sus obras... bastante interesante y colorida (que es lo que tiene Haring).
La de Klapheck fue una sucesión de cuadros mecanicistas hechos con compás, escuadra y cartabón, muy alemán él. Sin embargo su última época me gustó más: ambientes extraños, desnudos divertidos e inquietantes...
Como muestra, un botón (veréis como, a pesar de ser una escena cotidiana de mujeres, hay una sucesión de líneas rectas que hacen el cuadro mucho más "tieso"):
La Cuisine I, 1997 (Galerie Lelong, París)
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