Cerezas y cervezas
Dicen de mí que no pasa un minuto al día que no recupere para el blog. Qué le voy a hacer, tengo un afán comunicativo que a veces supera hasta mis propias expectativas...
Ayer fue día campestre. Pero como en esta espídica ciudad no hay mucho campo, nos conformamos con ir a comer al Retiro, con bocatas, faltaría más (me hubiese gustado llevar el mantel de cuadritos, tipo pic-nic, pero no tengo). Cuando digo fuimos, me refiero al Sr Amanece y yo.
Posteriormente se nos unió la Cubana y Allorazo, para ir a las barcas y aprender a remar con cursos acelerados de girar a la derecha...
Fue una buena tarde, sí señor. Poco aprovechada, pero muy familiar, que es a veces lo que hace falta...
Comimos unas cerezas, bebimos unas cervezas... y la cosa se fue liando. Qué les voy a contar a ustedes que ya no sepan... las fiestas improvisadas suelen ser las más divertidas (y no digo que ésta sea el caso).
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