viernes, marzo 18, 2005

Relato II

La tarde era apacible en Fuencarral, Celestina y Amanece pasearon sin prisa pero sin pausa por las maravillosas tiendas que llevan al cielo, viendo ropa, tendencias y un sinfín de elfos alucinógenos.
Acabaron por desembocar en un sex shop cerca de la glorieta de bilbao. El sex shop era conocido en todo Madrid por tener las réplicas de pene de perro más reales del mercado... ver para creer.
Posteriormente fueron a refrescar el gaznate al Café Comercial, el más antiguo de Madrid, que todavía conserva las mesas del año de su fundación (18xx). Se tomaron una caña y un té rojo con vainilla.
Celestina pensaba que tras todo lo que había comido, la única forma de reducir volumen sería ingiriendo mucho té rojo, o caminar... pero eso cansaría a Amanece.
Más tarde apareció Jose López y volvieron andando a tomar algo a Montera, un gallego lleno de japoneses... curioso cuanto menos.
A eso de las 9 cogieron la de Villaespesa y se fueron cada uno por su lado.
Las últimas noticias que tengo de ellos es que Celestina fue al cine a ver una película griega muy tranquila e interesante y Amanece fue a quejarse de lo mucho que había andado.
De Jose López nadie volvió a saber nada.
FIN

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

me parece verdaderamente efectivo para tu estrategia eliminar cualquier mención a que no fuiste sola -aunque te hubiese gustado- a ver esa película griega tan tranquila e interesante

1:31 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home