jueves, marzo 17, 2005

Relato I

Érase que se era, una mañana mañanera en la que Celestina había quedado con Marta S. para desayunar. A determinada hora, antes de la cita, Marta S. llamó a Celestina para romper el acuerdo. Celestina se vio de repente compuesta y sin novio (estaba tomando cañas lerelelele), por lo tanto pasó al plan B, ya que le apetecía mucho ir a desayunar por ahí y descargar los malos humos que tenía acumulados.
Entonces descubrió que podía "tirar de agenda", y llamó al Señor Amanece (porque el Sr Blogazo había dicho el día anterior que no podría quedar).

Amanece estaba durmiendo en su casa tras una ardua noche de "un porrito, no?", cuando de repente sonó el teléfono. Qué raro, eran las 11 de la mañana, quién sería.. vaya, era Celestina... que quería salir a desayunar por ahí. Pues porque me pilla de buenas, pensó Acaece soñoliento, y decidieron quedar en la boca de metro de Chueca para ir al bar de su amigo Jose Lopez.

Jose López trabajaba de sol a sol en un bar que, casualidades del destino, se llamaba "Diurno". Solía quejarse de que sus amigos nunca iban a verle, así que se sorprendió cuando Amanece y Celestina llegaron juntos (y algo revueltos) a la intempestiva hora del té (en Nueva Zelanda). Se alegró de verlos, y les sirvió sus tés... además de ofrecerles una amplia variedad de bollos. Sus amigos se fueron para comer en otra parte, y quedaron en verse más tarde.

El camarero del Pink Pink Pink pollo estaba colocando copas en mesas cuando vio entrar a una pareja que quería comer. Acababan de hacer el nuevo menú, y todavía no tenían a disposición del cliente todos los platos que ofrecían. Ese día había visto un gato negro mientras pasaba por debajo de una escalera, y la mala suerte le acompañaba todavía porque uno de los comensales pidió varias veces manjares no disponibles (en stock), y tuvo que hacerle cambiar el menú por tres veces... eso era mala suerte, luego le daría 3 puntos pink pollo extra para compensar un poco... pero el daño ya estaba hecho.

Continuará...